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Mañana es mejor

«Aunque me fuercen, yo nunca voy a decir que todo el tiempo, por pasado, fue mejor: mañana es mejor.»

Luis Alberto Spinetta

Publicado: 2022-12-21

La música está siempre reinventándose, haciéndose nueva, descubriéndose. Nosotros, los oyentes, ¿vamos con ella por ese camino?

Es 2022. El Top 50 de Spotify en Perú demuestra la clara preferencia de los oyentes por los géneros urbanos y tropicales. Géneros donde los lanzamientos más recientes son los que mejor se posicionan, los que logran mayor número de escuchas y quedan adheridos en el día a día de la gente.

Pero si vemos el panorama completo, las cosas parecen ser un tanto diferentes. Casi un círculo vicioso donde todos (público, artistas, medios de comunicación, industria) convivimos: nos aferramos al pasado. Aunque no se trate de una segmentación radical entre géneros, no deja de ser cierto que esto ocurre, sobre todo, en ámbitos de la balada, el rock o el pop: seguimos escuchando las mismas canciones de años atrás en las radios, ansiamos el regreso de bandas extintas, nos anclamos a expresiones pasadas como si no hubiera opciones diferentes por tomar. Y ello nos deja navegando en una corriente tóxica que no permite que (nos) afloren nuevas y distintas experiencias.

No se trata, desde luego, de negar la importancia o el gusto por ciertas músicas, menos aún de establecer lo que se debe escuchar; sino de que ello no evite que veamos lo que ocurre alrededor. Que escuchemos nuevas voces, que podamos descubrirnos en ellas.

Pedro Aznar. Entrevista Clarín

Podríamos hablar largo y tendido.

En nuestro país, por ejemplo, tenemos emisoras "de actualidad" cuyo principal contenido data de la década de los ochenta, noventa y algunas excepciones de los primeros dosmiles —es decir: de 20 años a más—, relegando innumerable producción reciente en todos los géneros y de altísima calidad y llegada (no hablo aquí de las llamadas radios del recuerdo, cuya programación está supeditada más bien a una temática en particular —aunque, finalmente, terminen compartiendo principios similares). Del mismo modo, podemos pensar en los festivales que repiten una y otra vez los mismos actos en sus horarios estelares (y sí, muchos de ellos con una larguísima trayectoria pasada), dejando para la apertura —cuando menor cantidad de público hay, y si es que lo hacen— a proyectos nuevos pese a ya contar con una numerosa base de seguidores.

Así también, muchos conciertos son la oportunidad perfecta para una especie de cultura retrospectiva en la que el artista, aun siendo un solista en funciones, es señalado preponderantemente por su paso en algún proyecto anterior (Christina Rosenvinge, Liam Gallagher, Enrique Bunbury, etc.: la voz de...), obviando la trayectoria en solitario que viene estableciendo y por la que busca y necesita ser reconocido. Y paradójicamente, muchas giras derivan en un interminable, fiable y repetitivo grandes éxitos porque, independientemente de la propuesta actual del músico, es ese el material que la mayor parte del público recibe, conoce y reclama.

Y el círculo vicioso traza, entonces, preciso, su forma: es lo que la gente quiere escuchar. La excusa perfecta para cruzarse de brazos y dejar que todo continúe en automático. Como si no existiesen nuevas canciones, nuevos artistas; como si la música se hubiera detenido en algún punto del pasado. Como si nos hubiésemos desencantado.

26 de abril de 2019. Fito Páez se presentó en el anfiteatro del Parque de la Exposición, en Lima, con la gira del álbum "La Ciudad Liberada". En ese concierto, Fito tocó 6 canciones de aquel nuevo disco, y me resultó una total sorpresa constatar que el público las conocía de inicio a fin. Quiero creer, entonces, que parte de lo mencionado líneas arriba empieza a cambiar gracias al streaming: ya no necesitas que la radio pase las últimas canciones (ni siquiera los singles). La música está a total disposición y pienso que ese es el enfoque que debemos considerar. No olvidar el placer del descubrimiento; volver a aquel ejercicio romántico e idealista de, por ejemplo, sentarse a escuchar un álbum nuevo... completo. La vida moderna es una carrera sin fin, pero justamente por eso es que debemos (necesitamos) poder darle la vuelta. Aunque la masividad vaya en dirección contraria y no se trate del escenario idóneo (pues deja a muchos fuera de oportunidad e implica cierta resignación), es un buen primer paso.

La apuesta creativa es una permanente ida hacia adelante. Si el arte existe es porque buscamos una expresión auténtica que refleje nuestra experiencia de vida en algo que pueda conmovernos y representarnos. Entonces, cuando Spinetta dice que mañana es mejor, no está utilizando solo una metáfora: está defendiendo un ideal.

La música se transforma. No deberíamos quedarnos atrás.

 

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Imagen principal: Tamim Arafat.


Escrito por

Roberto Renzo

Lima, 1992. Cantante de causas perdidas | https://linktr.ee/robertorenzo


Publicado en

En estéreo

Roberto Renzo. Más allá de las canciones, la música tiene mucho para decirnos.