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Nuevas inquietudes, nuevas canciones

«Nada de lo que hacemos tiene sentido si no es, realmente, una liberación global de la gente.»

Luis Alberto Spinetta

Publicado: 2023-02-21

Hay música que puede ayudarnos a hacernos cargo de la sociedad que somos.

Machismo, homofobia, racismo, clasismo. No hay día en que no veamos cara a cara estas taras que conforman lo que somos: una sociedad violenta, particularmente ruin: una violencia silente, escondida en gestos, refranes, buenas intenciones... políticas públicas.

Y es porque aún existe una realidad así, que necesitamos espacios de denuncia, de revisión, de alzar la voz. Por eso, la música puede ser una herramienta vital: una que gatille una revolución, que nos despabile, que nos interrogue y nos saque de nuestro letargo. Que patee el tablero de la comodidad y deconstruya su propia figura —que, con ello, también la nuestra—. Que de eso también se trata.

Nada de lo que se diga, por supuesto, implica que se menosprecien otras temáticas, pero puede existir espacio para más: realmente necesitamos sacudirnos. La idea no es plantear sentencias que se deban cumplir como un dogma —cada cual habrá de encontrar en el arte su propia expresión—; se parece más bien a una declaración de intenciones acerca de qué canciones podrían acompañarnos hoy, en este momento del mundo.

La llave: un artista tendría como principal e insobornable consigna, el ser honesto consigo mismo. De allí surge todo. Si en esa honestidad, aquel individuo siente que hay algo por decir acerca de lo que sucede a su alrededor, podría entonces hacerlo parte de su expresión. Ese compromiso no ha de ser una pose con la que se gane réditos ni podría aparecer súbitamente si no existe, en primerísimo término, dicha percepción. Si pensamos en un artista implicado con su época, esto tendría que estar alineado, en principio, con su propia identidad y valores. Solo así podría ser un receptor genuino de las múltiples realidades que lo rodean, plasmarlas en su obra y generar una conciencia crítica que redunde en su público.

En una de las notas publicadas por la salida de su disco "La Ciudad Liberada" (2017), Fito Páez señalaba: «Los movimientos más radicales como los transexuales o las lesbianas están empezando a tener mucha visibilidad, eso es muy saludable para la sociedad, pero no hay que olvidarse de una cosa: esa lucha conlleva estéticas y eso nos involucra a los artistas.» Esa declaración resulta clave para entender de qué hablamos. El músico ya no es solo una figura que habla desde un yo arquetípico e idealizado: se convierte en el eco de su entorno, amparado en un lenguaje artístico. Y en ese nuevo rol es necesario deshacerse de etiquetas y estereotipos.

Pensar la música como un vehículo de liberación, como una fuerza que nos sacuda, que nos devuelva incómodos frente al espejo.

Es importante, así, una sinergia entre artista y público. Que ambas partes de la ecuación estén fuertemente alineadas con un cambio que provenga desde sus propios ideales. Y para ello, bastaría con detenernos unos segundos a mirar (empatizar con) lo que pasa alrededor: a los que discriminan y matan por su género u orientación sexual; a los que no llega la salud, la justicia o la educación por su nivel socioeconómico; a los que son marginados porque el color de su piel no coincide con los catálogos de ropa o porque no ganan lo suficiente para bañarse en tal o cual playa (así de ridículo, pero así de latente). Esa es la lucha que tenemos aún hoy, y en la que debemos tomar postura para vivir en un mejor lugar. Todos sin excepción. Todos. Todes.

Podemos pensar en una nueva canción. Una canción moderna, vital, contemporánea y comprometida, que recoja la realidad y la transforme en un elemento liberador, que modifique nuestras estructuras, que nos saque de nuestra zona de confort y nos haga cuestionarnos. Refundar las cosas desde lo poderoso de un conjunto de acordes y una actitud de principios que nos grite las verdades en la cara; una actitud despojada, desprejuiciada. No se puede pensar en cambiar las cosas tan solo desde la teoría, y los artistas pueden tomar acción, ponerse al frente, cantar y hacer cantar. La música puede manifestarse.

 

 

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- Imagen principal: Umberto Cofini.

- Una primera versión de este texto apareció en la web del colectivo No Música.


Escrito por

Roberto Renzo

Lima, 1992. Cantante de causas perdidas | https://linktr.ee/robertorenzo


Publicado en

En estéreo

Roberto Renzo. Más allá de las canciones, la música tiene mucho para decirnos.