Ayer fue hoy ayer
¿Cómo nos resuena hoy una canción escrita bajo parámetros ya caducos?
Es muy difícil juzgar el pasado pensándolo en un contexto actual. Es decir, si ya es difícil con nosotros mismos a nivel personal (decisiones, formas de pensar, vínculos), lo es también con aquello que consumimos. Entre esas cosas, la música.
Hay canciones escritas bajo un contexto harto diferente al que estamos ahora, en las que ya sea la temática o ciertas expresiones nos resultan ahora anacrónicas y nos hacen ruido. La más dulce canción de amor puede ser deconstruida bajo un ejercicio crítico contemporáneo 20 años después. ¿Qué nos pasa hoy, entonces, con esa música?
Con sus lindas piernas ella me hace pensar, debo destruir la mierda de mi gran ciudad. Me gusta ese tajo que ayer conocí, ella me calienta, la quiero invitar a dormir.
La sociedad ha cambiado mucho en no más de medio siglo, y cualquier mirada sobre artefactos del pasado debe considerar que ciertas expresiones tuvieron un sentido tiempo atrás; ya sea por un contexto social o político, por ignorancia o porque hoy nuestro foco está puesto en otros valores.
No sería saludable, entonces, negar estas expresiones. Podemos filosofar sobre ellas, discutirlas, reimaginarlas, darles la vuelta; pero no se niega lo que fue una verdad. En todo caso, se estudia y se debate, se defiende o se repele; pero nada de eso las evita.
Como tal, entonces, un ejercicio de cancelación sobre estos artefactos resultaría un despropósito. Porque ese artefacto requiere de miradas críticas, de análisis, de aprendizajes. No se puede cancelar algo sin entender un contexto. Y obvio que podemos omitir su consumo hoy —en muchos casos es justo, necesario—, pero eso va por otro lado.
(Apunte: Como postura personal, sí creo en combatir desde el discurso/acción artefactos de hoy bajo la mirada de hoy: música misógina, celebración del vandalismo, generación de estereotipos, incitación a la violencia, ostentación y falsa riqueza, discursos de odio. Hay música que no me interesa, no necesariamente por subjetividades: hay mensajes peligrosos y nocivos. Hay artefactos que hacen daño, incluso bajo el manto del producto cultural.)
Trabajar como negro para vivir como un perro.
Pero, entonces, ¿qué hacemos con esas canciones que, tal vez, hoy no podrían ser escritas tal como años atrás? No podemos negar que forman parte de nosotros, que de alguna manera nos constituyen. Constituyen no solo a las personas que fuimos en ese momento, sino nuestra percepción actual de las cosas.
Supongo que de eso se trata cuando dicen que hay que aprender a vivir en la contradicción. Podemos ser un discurso progresista, buscando deconstruirnos; pero también somo esas canciones. Y posiblemente no tenga solución.
*
*
*
Imagen de tapa: Grecia Campero.